El valor de decir la verdad

sábado, 4 de febrero de 2012





Siempre he pensado que por muy difícil y dolorosa que pueda ser decir la verdad siempre es mucho mejor que mentir y engañar; como que también hay un momento y una manera de decir las cosas para evitar causar el menor daño posible. Y bajo esa filosofía es que he tratado de criar a Leonardo.



Desde pequeño cada vez que me ha preguntado acerca de algo, he tratado de resolver sus interrogantes con la mayor claridad posible, y aunque a veces la respuesta no era de su agrado, le he explicado que muchas veces hay que vencer algunos obstáculos para estar mejor más adelante.


Cuando íbamos al doctor y sabía que lo iban a inyectar, su pregunta sobre si le iba a doler o no salía a la luz, y la respuesta de “no duele” nunca fue una opción. Porqué mentirle y hacerle pensar que colocarse una inyección es una experiencia agradable. Cómo podía decirle que no dolería un pinchazo si todos los niños salían llorando. Aunque su cara de miedo y llanto era inmediata al decirle la verdad, los niños tienen la capacidad de entender el mundo si nosotros tenemos la paciencia y el amor de explicárselo.

Él tenía que elegir entre que tener que soportar por un momento un pequeño fastidio a estar enfermo y no poder hacer las cosas que le gustan, y encima sentirse mal. Y aunque hubiera sido más fácil para mí decirle todo lo contrario, y que ingrese sin miedo al doctor, la idea de ver en sus ojos que su propia madre lo había engañado, me parecía más aterradora.

Los padres somos la fuente de la confianza de nuestros hijos, los que vamos a guiarlos por la vida, y si no somos claros, ni firmes, ¿cómo podemos esperar que nos escuchen y crean cuando los queremos corregir u orientar?

Además, no es malo tener miedo, lo malo es dejar que nuestros miedos nos dominen y no nos permitan hacer y sentir las cosas que nos hacen bien.

Y parece que esta filosofía ha dado fruto, tanto así que después de visitar al dentista, y enterarse que le tenían que sacar algunas muelas de leche, recurrió como siempre a mí para preguntarme cómo sería esta nueva experiencia.

Fue difícil explicar la situación ya que hasta en los dibujos animados tocan el tema del dentista como si fuera de terror. Después de comentarle como sería el proceso, Leonardo se encontraba un poco preocupado, y por ello tuve que recurrir a la confianza que he ido sembrando con el tiempo en él.

- Amor, le dije, tú sabes que yo deseo lo mejor para ti, y que nunca te haría pasar por algo que al final de todo solo te hiciera daño. Es importante que vayamos al dentista, y aunque sé que tienes miedo, yo voy a estar contigo para cuidar de ti. Sabes que yo no te miento y si te digo que a las finales va a estar bien, confía que así será.

Parece que lo que le dije fue suficiente porque llegamos a la cita y después de que Leonardo le hiciera algunas preguntas más al dentista, la extracción fue muy rápida y sin dolor. Leo estaba muy tranquilo, tanto así que ni sintió cuando le sacaron la muela. No hubo ni lágrimas, ni ningún tipo de trauma. Al contrario, nos fuimos a comer helados e hicimos que una situación que podría ser desagradable, se convirtiera en un momento importante para los dos.

Para mí, porque me parece increíble ver cómo mi pequeño niño se hace fuerte y valiente, y para él, porque sabe que tiene una madre en quien puede confiar.

Ahora ya se ha sacado 2 muelas más de las 4 que tenían que extraerle y va sin miedo al dentista porque sabe que no tiene por qué temer.

3 comentarios:

Edwin Niño de Guzman Solier on 5 de febrero de 2012, 6:40 dijo...

Muy bonita nota que trajo a mi mente cuando mis padres me llevaban al dentista o al medico p/aplicarme alguna inyeccion. Coincido contigo que no es malo tener miedo, sino que él te domine.Ver al resto de niños llorando es usual no? Pero mi mama solucionaba el tema diciendome q dolia poco, q no m preocupará y q, ademas, yo era un niño valiente. Por ello, contaba con cierta tranquilidad q al final era compensada con un Condorito. Yo super feliz!! :)
Recuerdo que en 1 oportunidad, tenia un diente de leche q estaba a punto de caerse y no me dejaba comer bien. Pa mi mala suerte, o buena, fuimos al KFC y bendito diente no me dejaba comer rico. Fue cuando mi padre me dijo q deberia sacarmelo.Sugerencia q tome y nos fuimos al baño y con una leve presion logre sacar mi diente. Recuerdo la mirada de mi padre con orgullo al ver a su hijo superar su miedo y dificultad q se le presentó y luego concluyo: Ese es mi hijo, el + valiente. Yo feliz por su aprobacion. Luego comí, aunque con un poco de sangrado y dificultad, pero super contento :D

MATPSOFT dijo...

China, te leo y cada vez me doy cuenta cuan poco se de ser padre, sobre todo ahora que estoy haciendo de papa soltero y no sabes la falta que me hace tener esa paciencia infinita que demos tener, lo estoy tratando de hacer.
No sabes como me ayudas con tus publicaciones.
GRACIAS.

Gustavo dijo...

Todo es cosa de mantener la calma y explicar que aunque sea un momento difícil y doloroso por un momento a la larga es por su bien, recuerdo ese día tu estabas más nerviosa que Leonardo hasta el dentista tuvo que decirte que no te pongas nerviosa, pero es lógico eres madre y temes que lastimen a tu pequeño, lo cual entiendo bien, si bien no soy padre quiero a cierto enanito como si fuera mi propio hijo y también me asusta que algo lo lastime y se que todavía tiene que ir al dentista algo que a mi mismo no me gusta y me asusta, pero es verdad con tus palabras suaves y tranquilas sabes guiar a tu hijo y como siempre he dicho tu mayor obra y tu mejor carta de presentación es ese pequeño y lindo gordito. El reflejo de una gran niño es una buena madre y una buena madre es una grandiosa mujer.

Y es verdad escribir estas experiencias ayudan a otros a saber como afrontar situaciones que para ellos son nuevas ojala siempre sigas escribiendo es Blog y compartiendo tus experiencias.

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